El primer paso es quitar el neumático para poder trabajar directamente en el sistema de frenos.
Luego se procede a retirar la pinza, quitando el tornillo de cierre de abajo, o los dos tornillos de cierre.
Cuando la pinza de frenos se encuentre abierta, se podrá retirar las pastillas de freno viejas, que podrán estar sujetas de dos formas:
- Apoyadas en el soporte de la pinza y ajustadas al disco.
- Cogidas mediante hierros (clicks) de sujeción a la propia pinza.
Lo mejor es abrir el purgador de frenos de la pinza, que tiene el aspecto de un tornillo tapado con un capuchón de goma.
Así se conseguirá que el pistón no tenga presión, pues dejará escapar el líquido por el purgador y facilitará la tarea de introducir el pistón hacia dentro.
Con el purgador de frenos abierto y con ayuda del alicate pico de loro, se presiona el pistón de frenos hacia dentro, hasta que complete todo su recorrido.
Después se cierra el purgador de frenos y se colocan las pastillas nuevas en la misma postura y situación que estaban las viejas; se cierra la pinza de frenos realizando la tarea a la inversa de cuando se abrió.
Solo queda colocar el neumático y repetir la tarea en el otro lado del eje, siguiendo los mismos pasos.
Cambiadas ambas pastillas, se debe rellenar el bote expansor de líquido de frenos.
Es extremadamente importante pisar el pedal de frenos repetidas veces con el vehículo parado hasta que se ponga el pedal duro.
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